TVN Investiga: Lo que debes saber sobre finanzas públicas, subsidios y seguridad social

Economía en Panamá

El Plan Panamá Solidario repartió un monto adicional equivalente al 50% de todos los subsidios fijos en 2020 y al 75% en 2021.

Finanzas públicas: ¿Quién paga la cuenta? / Nicanor Alvarado

El gobierno desembolsó 1,413.3 millones de dólares en subsidios el año pasado, un 8.4% más que los repartidos en 2020, cuando se cifraron en 1,303.7 millones de dólares según cifras oficiales preliminares.

Además de los subsidios fijos, el gobierno entregó casi 1,700 millones de dólares en los dos últimos años (2020 y 2021) a través del plan Panamá Solidario que ejecutó el Ministerio de la Presidencia repartiendo vales digitales y bolsas de comida durante la pandemia.

Los subsidios fijos que entrega el gobierno panameño van desde compensaciones a industrias, y ayudas sociales, hasta becas e intereses bancarios. En el informe anual de Contraloría General de la República se justifican como dirigidos al “mejoramiento de los hogares más vulnerables del país, así como al incentivo y protección de áreas productivas específicas”.

En el gobierno pasado del expresidente Juan Carlos Varela, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) –entidad que desagrega la información de acuerdo al presupuesto estatal y su ejecución– clasificaba los subsidios por beneficiario, estableciendo así dos líneas: beneficio a los hogares y beneficio a las empresas. Pero desde que tomó posesión el gobierno de Laurentino Cortizo, los informes del MEF encasillan los subsidios por entidades ejecutoras, es decir, por ministerio o institución que los paga.

Al reportarlo por entidades, se observa que la institución que recibió el mayor aporte del gobierno central fue la Caja de Seguro Social, que recibió 504.89 millones en 2021 vs 449,16 millones del 2020. El aporte incluye rubros para aumento de pensiones, sostenibilidad del IVM, salarios básicos y pago a jubilados, compensación de intereses por valores del Estado, pensiones especiales como las de los trabajadores de las bananeras, los afectados por el envenenamiento con dietilenglycol y heparina, los afectados en Bocas del Toro y aportes a la Junta Técnica Actuarial.

El segundo gran ejecutor es el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), que entre sus tres programas insignia –120 a los 65, Red de Oportunidades y Ángel Guardián– desembolsó un poco más de 221.81 millones de dólares, un ligero 1.8% menos que lo entregado en 2020. 

En contraste, el IFARHU aumentó su asignación para becas entre un año y otro. De entregar 172.96 millones de dólares para el programa Pase-U en 2020 pasó a entregar 200.64 millones en 2021. Lo curioso es que el aumento de los fondos para las becas en sí solo aumentaron en 16%, sin embargo el “manejo” de las mismas aumentó en 108%: de 2.08 millones en 2020 a 4.34 millones en 2021.

En cuanto a los subsidios que desembolsa el MEF, la mayoría de ellos a las empresas, éstos disminuyeron de 211.13 millones en 2020 a 184.27 millones en 2021. Aun así, representan importantes desembolsos que van a parar directamente a las empresas, entre ellas se incluye el subsidio al gas licuado, que aumentó de 75,56 millones en 2020 a 91.15 millones al año siguiente; el Fondo de Estabilización Tarifaria (FET y FTO) que sumaron 71 millones en 2021; y el resto concedido en certificados fiscales (CeFA y CPC). (Ver gráfica).

Los intereses preferenciales que desembolsa el gobierno para subsidiar las tasas de mercado que cobran los bancos de la plaza en préstamos hipotecarios se dispararon de 83.46 millones en 2020 a 143.03 millones al año siguiente. Por otro lado el Miviot, que recortó la totalidad de los 32 millones que entregó en 2020 en el Fondo solidario de vivienda, tuvo que desembolsar 1.3 millón para el manejo de este fondo y el del ahorro habitacional, a pesar de no haber entregado nada.

Cabe recordar que en medio de la pandemia, el sector inmobiliario recibió una inyección de 80 millones del Fondo de Ahorro de Panamá, aporte de fondos públicos que no registra el gobierno central.

Otros incrementos importantes entre un año y otro los registraron el FECE (Fondo para la equidad y calidad de la educación), la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme), que paso de destinar 3.85 millones en sus programas empresariales a entregar 13.88 millones en 2021, año en que se estrenó como director de esa entidad Óscar Ramos, el exsecretario de prensa de Presidencia. También aumentó levemente el aporte del gobierno central destinado al subsidio de partidos políticos, que pasó de 10.49 millones a 10.93 millones.

En cuanto a los recortes más notables en subsidios entre 2020 y 2021 están el del programa de inserción laboral que maneja el Mitradel, que recortó el subsidio a la mitad –o 73 millones menos- en medio de la crisis de empleo más grave que ha azotado el país en mucho tiempo según expertos.

El Fondo Solidario de la vivienda, que es un aporte de 10,000 dólares para personas y familias de bajos ingresos que compren una casa cuyo valor no exceda de los 50 mil dólares, fue recortado en su totalidad en 2021. Las garantías para préstamos agropecuarios también se recortaron en casi 50% mientras que el Fondo especial para investigación en salud que maneja el Instituto Conmemorativo Gorgas fue recortado en 14% en 2021 en comparación al año anterior.

Plan Panamá Solidario  

Durante la pandemia, el Ministerio de la Presidencia concentró el desembolso de subsidios a través del Plan Panamá Solidario. El programa se creó mediante Decreto Ejecutivo número 400 del 27 de marzo de 2020, para “atender las necesidades urgentes como resultado de la pandemia del COVID-19 que afecten en mayor o menor proporción a los ciudadanos dentro del territorio nacional”.

El programa se tradujo en vales digitales y físicos para cubrir algunas necesidades básicas de alimentos, productos de higiene y medicamentos mientras dure el Estado de Emergencia Nacional decretado por la pandemia. 

En este programa, el gobierno desembolsó 1,044.8 millones de dólares en 2021 y 651 millones en 2020, lo que se traduce en un impacto de 1,700 millones en ayudas directas por la pandemia, aun con las denuncias no resueltas de supuesto proselitismo y poca transparencia con el que fueron manejados estos programas.

Lo cierto es que ni para los tan necesarios y siempre insuficientes subsidios sociales ni para los que se entregan suponiendo que incentivan las actividades industriales y comerciales, existen estudios que justifiquen su reenfoque, la ampliación de algunos y el recorte de otros.

Y, como han dicho varios economistas, ante el shock político y social que produciría retirar un subsidio, los gobiernos prefieren mantenerlos todos e incluso ampliarlos, aun a costa de beneficiar a quien no lo necesita.   

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