Cabezazos en el fútbol aumentan el riesgo de daño cerebral y problemas de memoria, según estudios

Un creciente cuerpo de investigaciones científicas está confirmando lo que durante años fue una sospecha.

Imágen con fines ilustrativos de una cancha de futbol
Imágen con fines ilustrativos de una cancha de futbol / Pixabay

Los cabezazos repetidos en el fútbol, incluso aquellos considerados de bajo impacto, pueden provocar lesiones cerebrales a largo plazo y aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer, Parkinson o encefalopatía traumática crónica (ETC).

Un estudio publicado en la revista JAMA reveló que los futbolistas que superan los 1.000 cabezazos al año presentan alteraciones específicas en una zona cerebral vinculada con la memoria y el aprendizaje.

El trabajo fue liderado por Michael Lipton, profesor de radiología e ingeniería biomédica de la Universidad de Columbia (Estados Unidos). “Muestra que la exposición a impactos repetidos en la cabeza provoca cambios específicos en el cerebro que, a su vez, perjudican la función cognitiva”, explicó el investigador.

Para llegar a estas conclusiones, los científicos utilizaron imágenes de resonancia magnética de difusión, centradas en la interfase entre la materia gris y la materia blanca en la corteza cerebral. Esta región es especialmente susceptible porque ambos tejidos responden de manera distinta a los impactos, generando fuerzas de corte que pueden dañar esa transición.

Los resultados mostraron que, en futbolistas con mayor frecuencia de cabezazos, la zona orbitofrontal del cerebro presentaba una transición más difusa entre materia blanca y gris. Además, estos jugadores obtuvieron peores resultados en pruebas de memoria y aprendizaje.

Aunque todavía no existe una confirmación definitiva, Lipton advirtió que los hallazgos podrían estar conectados con la encefalopatía traumática crónica, un trastorno identificado en exfutbolistas y otros deportistas expuestos a impactos repetidos en la cabeza.

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“La ubicación de la anomalía que hemos hallado es notablemente similar a la patología de la ETC, aunque aún no sabemos si está relacionada con ella”, señaló. Su equipo también está evaluando si el ejercicio cardiovascular podría mitigar los efectos de los golpes en la cabeza.

El problema no parece disminuir con el tiempo; por el contrario, los traumatismos en la cabeza se han incrementado en los últimos años. Así lo confirmó un análisis encabezado por Álex Iranzo, neurólogo del Hospital Clínic de Barcelona, publicado en The Lancet Neurology.

El equipo examinó 120 partidos de cuatro mundiales Alemania 1974, Italia 1990, Alemania 2006 y Qatar 2022 y encontró un aumento en la frecuencia de colisiones y cabezazos. Mientras que en 1974 y 1990 se registraron 4.478 impactos, en 2006 y 2022 la cifra ascendió a 5.355.

Las consecuencias a largo plazo ya están siendo documentadas en exjugadores. Una investigación publicada en The Lancet Public Health analizó la salud de más de 6.000 futbolistas suecos de primera división entre 1924 y 2019. El resultado fue contundente: tenían 1,5 veces más probabilidades de desarrollar enfermedades neurodegenerativas en comparación con la población general.

Un dato clave del estudio es que los porteros no mostraron un mayor riesgo que el resto de la población, lo que refuerza la hipótesis de que los cabezazos reiterados al balón y no solo las colisiones entre jugadores son los responsables principales del daño cerebral.

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