Corazón de Madre
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La celebración con la que la ciudad recibe diciembre volvió a generar polémica, esta vez por un video difundido por Daddy Yankee en sus redes sociales.
El registro, captado desde un edificio con vista privilegiada de la ciudad, mostró a varias personas manipulando pólvora en plena alborada, una práctica tradicional pero altamente riesgosa. La grabación, que pretendía capturar el ambiente festivo, terminó activando un proceso sancionatorio por parte de las autoridades locales.
“Feliz Navidad a todo el mundo desde Colombia. Sonríele a la vida”, expresó el artista puertorriqueño mientras compartía imágenes del espectáculo de fuegos artificiales. Lo que no imaginó es que su publicación se convertiría en evidencia clave para que la Policía Metropolitana iniciara una búsqueda formal de los responsables de encender los artefactos pirotécnicos desde el balcón del edificio.
Aunque la alborada es una tradición profundamente arraigada en Medellín, la normativa colombiana es clara: solo personal capacitado puede manipular pólvora. Sin embargo, en el video se observa a particulares activando juegos pirotécnicos desde una vivienda, acción que las autoridades catalogaron como peligrosa e ilegal.
Una fuente policial consultada por El Tiempo confirmó que ya se avanzó en una investigación para identificar a los sujetos. Advirtió además que, en caso de ubicarlos, enfrentarían sanciones económicas considerables y una revisión exhaustiva del origen del material explosivo.
“La norma en Colombia establece lo que se aplica un comparendo por la quema y manipulación por no expertos, en este caso se le aplicaría la multa a quienes lo estaban realizando desde dicho edificio”, precisó la fuente.
Hasta ahora, no se ha logrado establecer la identidad de los involucrados, pero las pesquisas continúan. La difusión del video en TikTok generó aún más presión sobre las autoridades, que desde hace años intentan contener el uso descontrolado de pólvora en las festividades decembrinas. La situación se vuelve especialmente crítica en la alborada, cuando miles de personas lanzan fuegos artificiales de manera simultánea y sin las mínimas medidas de seguridad.
La preocupación es legítima. Solo en la madrugada del 1 de diciembre, Medellín registró siete personas lesionadas por pólvora, según datos oficiales de salud. Tres de ellas son menores de edad y los casos se presentaron en Buenos Aires, Guayabal, Robledo y el corregimiento de San Cristóbal.
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Rita Almanza, líder de epidemiología de la ciudad, informó sobre la gravedad de uno de los casos: un adolescente de 17 años de San Cristóbal, quien sufrió quemaduras de tercer grado en el cuello, el tronco y el rostro. Tres de los lesionados requirieron hospitalización inmediata debido a la extensión de las heridas.
La funcionaria, en entrevista con La FM, señaló un elemento que genera especial inquietud: aunque este año se reportaron menos lesionados que en la alborada de 2024, cuando se registraron once casos, la participación de menores sigue siendo alarmante.
Según Almanza, “hay que evitar que los niños manipulen o incluso asistan a estos eventos”, un llamado que las autoridades repiten cada año sin lograr, todavía, reducir significativamente los riesgos.
Las cifras regionales tampoco son alentadoras. Antioquia se mantiene como una de las zonas con mayor número de lesionados por pólvora en el país, con 68 casos en el último año, pese a las campañas educativas y los operativos de incautación.
La publicación de Daddy Yankee, que inicialmente pretendía mostrar el ambiente decembrino de Medellín, terminó poniendo el foco sobre un problema recurrente: el uso indiscriminado de fuegos artificiales y la falta de control en las celebraciones masivas. Aunque la tradición persiste, también lo hace la necesidad urgente de reforzar la prevención, especialmente cuando menores y adultos ponen en riesgo su integridad al manipular pólvora sin autorización.
Las autoridades insisten en que este primer balance mantiene las alarmas activadas para el resto de la temporada, un periodo en el que históricamente aumentan las lesiones por quemaduras. Mientras la investigación avanza, el video del artista sirve como recordatorio de que una celebración aparentemente inofensiva puede transformarse en un escenario de riesgo cuando no se cumple la ley.