Noticiero M.D.
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El pasado 13 de diciembre, el estadio El Campín no solo vibró con los éxitos del artista paisa, sino que fue testigo de una confesión inesperada sobre su salud y de un momento familiar que conmovió a más de 40.000 asistentes.
Antes de que iniciara el espectáculo, José Álvaro Osorio Balvin sorprendió al público al relatar un episodio crítico que vivió durante un concierto previo en Medellín. Con su estilo directo y sin filtros, el cantante habló abiertamente sobre el diagnóstico médico que recibió. “A mí me dio un infarto en el concierto de Medellín. Hablo de verdad marica que me dio un infarto. ¿Usted lo sabe? Un infarto. O sea, clínicamente, Sí. ¿A lo bien? El médico me dijo, perro, se va a morir ya o qué va a hacer”, afirmó desde el escenario, dejando en silencio momentáneo a los asistentes.
El artista explicó que, en medio de la emergencia, tuvo que recurrir a medidas inmediatas para estabilizar su cuerpo. “Usted busca videos por ahí en TikTok, me va a ver por ahí comiendo helado con Pope allá. Sí, marica, porque… Para la glucosa. Exacto, para la glucosa abajo”, relató, haciendo referencia a cómo intentó elevar sus niveles de azúcar tras el incidente. La sinceridad de su testimonio fue recibida con aplausos y mensajes de apoyo por parte del público.
Sin embargo, la noche no estuvo marcada únicamente por la gravedad de esa confesión. En uno de los momentos más emotivos del concierto, J Balvin fue sorprendido por la aparición de su familia en el escenario. Valentina Ferrer y su hijo Río irrumpieron en la velada, provocando que el cantante detuviera la presentación y observara desde la distancia mientras el estadio estallaba en ovaciones.
Río, el hijo del artista, se robó todas las miradas al aparecer disfrazado como “EsPaisaMan”, una versión local de Spiderman que combinaba elementos tradicionales antioqueños como el rabo e’ gallo amarillo y el sombrero aguadeño. Aunque el niño mantuvo su rostro cubierto por la máscara, su presencia marcó un momento histórico para los fans, quienes presenciaron por primera vez su aparición en vivo durante un concierto de su padre.
El evento formó parte del espectáculo titulado Bogotá Ciudad primavera, cuyas puertas se abrieron desde las 3:00 p. m. para recibir a miles de seguidores que corearon los temas que han acompañado al artista durante más de 25 años de trayectoria en la música urbana. Durante la noche, Balvin agradeció el respaldo constante de su público y anunció que para 2026 prepara una de las giras más ambiciosas de su carrera, recorriendo nuevamente el país, algo que no hacía desde sus inicios cuando visitaba colegios junto a emisoras radiales.
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Días antes, en una conversación informal desde su vivienda en Nueva York, Valentina Ferrer también dio de qué hablar al compartir una reflexión con tono irónico sobre la relación del cantante con sus seguidoras. “Estoy con Josecito y dice que… Desde que está conmigo, o sea, hace ocho años, ¿qué le dejaron de decir, papacito?”, comentó la modelo argentina, recordando los apodos que el público solía dedicarle al artista.
El propio J Balvin confirmó ese cambio con humor y nostalgia: “Papacito, bizcocho”, enumeró, evocando los sobrenombres que escuchaba con frecuencia en sus conciertos antes de iniciar su relación. Luego añadió con franqueza: “Marica, todas las cosas me decían en los conciertos, desde que nos conocimos”, dejando ver cómo su vida personal transformó la dinámica con su audiencia.
Entre confesiones de salud, momentos familiares y anuncios de futuro, J Balvin convirtió su concierto en Bogotá en un retrato honesto de su presente: un artista consolidado que no teme mostrarse vulnerable, agradecer a su público y compartir el escenario con lo más importante de su vida.