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Ciudad de Panamá, Panamá/Ante el aumento de encuentros entre personas y cocodrilos en zonas urbanas, ríos, quebradas y humedales del país, el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) dio a conocer la puesta en marcha de un proyecto que busca minimizar riesgos, generar información científica sobre las poblaciones de estas especies y promover la convivencia segura con ellas.
Se trata del “Plan de gestión y administración del Conflicto Humano-Cocodrilo”.
Para su ejecución, MiAmbiente entregará un primer aporte de $40,500 al Centro de Estudios Multidisciplinarios en Ciencias, Ingeniería y Tecnología AIP (Cemcit AIP) de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP). El proyecto tendrá una duración de 24 meses y se enfocará, en una primera fase, en donde se han registrado avistamientos frecuentes en áreas urbanas y periurbanas. El proyecto iniciará a partir de la firma del convenio y primer desembolso.
El plan contempla cuatro componentes clave: un diagnóstico inicial e identificación del riesgo, la gestión de riesgos, la gestión de crisis y respuesta a emergencias, y el diseño de un programa de monitoreo y manejo del Crocodylus acutus. Además del respaldo económico, MiAmbiente aportará personal especializado en manejo de vida silvestre y brindará apoyo logístico para su desarrollo.
Según la especialista Miryam Venegas-Anaya, pionera en el estudio de cocodrilianos en Panamá, Centroamérica y el Caribe, el componente educativo será esencial para cambiar la forma en que las comunidades interactúan con estos animales.
“Uno de los componentes primordiales del “Plan de gestión y administración del Conflicto Humano-Cocodrilo” es el de educación ambiental, en donde se promoverá en los miembros de la comunidad que viven en áreas cercanas a estas especies el respeto, qué hacer en presencia de estos. La primera fase es realizar un estudio en la Bahía de Panamá, para luego poder avanzar con un Plan Nacional, donde podamos tener un centro de rescate de cocodrilos, un inventario poblacional e identificar las áreas con un mayor número poblacional”, explicó.
Por su parte, la directora ejecutiva del Cemcit AIP, Jessica Guevara, destacó la relevancia del estudio desde el punto de vista científico y su potencial para sentar las bases de un plan nacional de conservación. Añadió que los resultados desde el punto de vista científico servirán para que de alguna manera se implemente un plan nacional para el cuidado de los cocodrilos.
El ministro de Ambiente, Juan Carlos Navarro, subrayó que la iniciativa forma parte de una colaboración más amplia entre el Estado y la academia, con miras a comprender y reducir los riesgos de interacción entre humanos y cocodrilos.
“En MiAmbiente estamos trabajando con la UTP y el CEMCIT AIP en este programa de cocodrilos porque a nivel nacional, con un aporte de B/.100 mil por parte de MiAmbiente y otro de la UTP, seguiremos estudiando en la Bahía de Panamá donde están nuestros cocodrilos, observando sus hábitos y haciendo énfasis en un programa de educación ambiental y rescate para que que tanto cocodrilos como humanos puedan convivir”, puntualizó el titular de Ambiente.
El proyecto busca fortalecer las capacidades institucionales del Ministerio de Ambiente para aplicar las leyes relacionadas con la protección, conservación y uso sostenible de los recursos naturales, con un enfoque integral que abarque prevención, intervención y educación.
Este plan surge en un contexto donde los avistamientos y rescates de cocodrilos han sido recurrentes durante 2025. Como parte de la intervención, la institución instaló letreros de advertencia de presencia de cocodrilos en las áreas con mayor población de cocodrilos. Aunque las autoridades aseguran que los ataques a personas siguen siendo poco comunes, el acercamiento de las comunidades a los hábitats naturales de estos reptiles ha hecho más visibles los conflictos.
La puesta en marcha del plan representa, así, un intento por equilibrar la expansión urbana con la conservación de una especie emblemática de los ecosistemas acuáticos panameños, bajo la premisa de que la educación y el conocimiento científico son las herramientas más efectivas para prevenir riesgos y promover la convivencia responsable entre humanos y cocodrilos.
Como cada uno de los seres vivos que habitan el planeta, los cocodrilos también juegan un rol importante en los ecosistemas.
"Como es un depredador, se alimenta de otras especies; lo que hace él es ser un controlador natural de otras especies", explicó anteriormente el especialista en biodiversidad de MiAmbiente, Erick Núñez. Además, en muchas ocasiones actúa como carroñero, es decir, que de cualquier materia orgánica o cuerpos en descomposición de otros animales que caigan al agua, se alimenta de ellos. Para Núñez, se trata de "reciclador natural" dentro de las fuentes de agua, que ayuda a mantener la salud de los ecosistemas.
MiAmbiente recordó que la caza, captura o daño a los cocodrilos y caimanes está prohibida por la ley panameña y puede acarrear sanciones. Recomendaron a la población que, ante la presencia de estos animales en áreas no habituales, se comunique con la línea de emergencia ambiental para que especialistas manejen la situación de forma segura.