Desempleo, pérdida de poder adquisitivo y aumento del costo de la vida; así danza la economía panameña
💰Reducción del crédito bancario al sector productivo
💰La inversión extranjera directa cayó
💰La deuda pública aumentó
La economía panameña atraviesa un periodo de contracción silenciosa que se refleja en las calles, los comercios y los hogares. La pérdida de empleos formales, la reducción del poder adquisitivo y el aumento de la informalidad están moldeando un nuevo panorama económico que, según expertos, se viene gestando desde hace varios años y no es producto de un solo evento.
René Quevedo, consultor laboral, advierte que Panamá y Panamá Oeste concentran el epicentro de esta desaceleración. Entre agosto de 2023 y octubre de 2024, ambas provincias perdieron 125 mil empleos, lo que equivale al 71% de los puestos que se generaron durante la ampliación del Canal de Panamá. Solo en salarios, desaparecieron 60 millones de dólares mensuales de la economía.
“Esto significa menos poder de compra y, por ende, menos consumo. El panameño está gastando menos, especialmente en productos no esenciales”, explicó Quevedo. De acuerdo con datos de la Contraloría, el ITBMS cayó 11% en el primer semestre de 2024, lo que representa 128 millones de dólares mensuales menos en consumo de artículos gravables. Incluso productos básicos como la leche (-7%), las gaseosas (-10%) y la cerveza (-12%) reportaron caídas.
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El fenómeno, advierte el analista, no solo refleja una pérdida de empleo formal, sino también un ajuste en los hábitos de gasto de los hogares. “Muchos panameños se están apretando el cinturón: reducen salidas, consumo discrecional y entretenimiento. La gente se está ajustando para pagar sus hipotecas, pero a costa del resto de su consumo”, señaló.
A la par, el país experimenta una reducción del crédito bancario al sector productivo, con 2,165 millones de dólares menos en financiamiento por el aumento de las tasas de interés, mientras la inversión extranjera directa cayó en 1,600 millones y la deuda pública aumentó en 28 mil millones de dólares en los últimos cinco años.
Estamos viviendo de deuda. Los aportes del Canal no alcanzan ni para pagar el mínimo de la tarjeta de crédito”, enfatizó Quevedo.
Pese al panorama, el analista considera que hay señales de recuperación incipiente. Destacó como elementos positivos la salida del país de las listas grises, la reducción del riesgo país y el aumento del 20% en el financiamiento bancario al sector productivo. A esto se suman los proyectos de infraestructura y energía propuestos por el Gobierno, que podrían generar entre 40 mil y 50 mil empleos en los próximos tres años.
Sin embargo, el reto sigue siendo estructural: Panamá ha reemplazado empleo privado por funcionarios e informales. “En los últimos 12 años, por cada asalariado del sector privado que perdió su empleo, entraron tres funcionarios y diez informales. Es una economía estatizada y precaria”, advirtió.
La mitad de los desempleados actuales tiene menos de 30 años. Son jóvenes que han pasado de la esperanza al desencanto, en un país donde, como resume Quevedo, “seguimos buscando culpables en lugar de entender el problema”.
Vivimos una economía artificial, donde los beneficios se convirtieron en derechos financiados con deuda y defendidos con consignas. Es hora de enfrentar la realidad”, concluyó.