Panamá, el país pujante en el que un tercio de las calles son de tierra
En La Rotonda, un barrio en Villa Zaíta de casas con pinares, portones gigantes y arroyos, las calles eran hasta hace poco un tedioso tramo de tierra.
Formaban una escena similar a la que este jueves trascendió en las redes: niños desfilan entre un lodazal en la comarca Ngäbe Buglé para rendirle “tributo” a la patria.
Pero la patria se olvida de ellos.
Según el Instituto de Estadística y Censo (Inec), en Panamá, el país que más crece de Latinoamérica, este tipo de vías son bastante habituales: hasta el 31 de diciembre de 2014, la última fecha estudiada, el 28% de las carreteras del país eran de tierra.
Se trata de un problema que los productores y los pobladores de los barrios más apartados del centro de la capital denuncian a menudo: la mala no, sino la inexistencia de condiciones viales, les obstruye las oportunidades de exportar sus productos o salir a tiempo. Y de contar con sistemas eficientes de transporte público.
En cuatro años, Bocas del Toro aparecieron nueve kilómetros nuevos de calles de tierra, y en Panamá y Panamá Oeste 16.
Sin embargo, el crecimiento más notable está en Chiriquí, la provincia más productiva del país: según el Inec, entre 2010 y 2014 se agregaron 89 kilómetros de calles de tierra.
El informe, disponible en la Contraloría, revela también que de 15,666 kilómetros de la red vial panameña, cerca de 4,454 kilómetros no tienen ningún tipo de cobertura.
Un poco más abajo, hay cerca de 4,406 kilómetros de calle en el país que tienen algún tipo de revestimiento.
La situación más común de las calles panameñas es que tengan “asfalto y tratamiento superficial”.
Poco menos de 5,974 kilómetros de calles están en esa condición, según el Inec. Según expertos, el asfalto es un tipo de material que sin los mantenimientos rutinarios y con la lluvia rápidamente se fatiga, se abre, y genera los típicos huecos.
En cuatro años el número de kilómetros de vía con asfalto y cobertura superficial fue creciendo, tiempo en el que las calles de tierra se redujeron.
Sin embargo, no lo hicieron al mismo ritmo.
VEA: El informe de la Contraloría que revela qué tan mal estamos en calles
El gobierno de Ricardo Martinelli, que invirtió más de $1,000 millones en la nueva “red vial de la ciudad” aumentó en cerca de 600 kilómetros la cantidad de carreteras asfaltadas superficialmente, pero sólo redujo 200 kilómetros la cantidad de vías de tierra.
Los kilómetros de vías revestidas con “algo” (incluso piedra) apenas bajaron 130 km.
En el mismo tiempo, no se puso un kilómetro adicional de vías de hormigón (o concreto). 831 kilómetros de la red vial del país está así. Es decir, cerca del 5%.