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Ciudad de Panamá, Panamá/Las aplicaciones de la inteligencia artificial avanzan más rápido de lo que la mayoría imagina.
Panamá, más que crear estas tecnologías, recibe productos ya listos.
Por tanto, cuando llegan, no lo hacen como pruebas, sino como sistemas maduros que las empresas pueden adoptar rápidamente.
Todo esto significa que Panamá probablemente no verá una curva suave de cambio tecnológico, sino que experimentará un salto repentino que tiene la posibilidad de aumentar la presión sobre la situación laboral del país.
En materia de trabajos, ya estamos viendo el impacto de las nuevas tecnologías de inteligencia artificial en países más adelantados en la curva tecnológica, como Estados Unidos.
Allá, firmas legales, contables y de servicios han frenado las contrataciones de entrada mientras que miden cuánto trabajo básico puede hacer la inteligencia artificial.
De hecho, en Estados Unidos, el nivel de plazas abiertas para puestos de entrada se ha contraído en más de un tercio desde el año 2023.
Una buena noticia es que muchas empresas han entendido que necesitan contrataciones de entrada para formar buenos mandos medios.
Por tanto, la probabilidad es que muchas de estas empresas seguirán contratando. No obstante, no lo harán al mismo ritmo de antes.
El resultado será un mercado laboral mucho más competitivo mientras los países van adoptando estos sistemas.
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La gran novedad ahora son los agentes de inteligencia artificial.
Estos son programas capaces de hacerse cargo de tareas completas dentro de una empresa.
Estos agentes revisan inventarios, levantan alertas y analizan mercados sin parar.
Su ventaja es que nunca duermen, no descansan y trabajan todo el año. Además, cada día cuestan menos que un trabajador humano.
Lo que está ocurriendo alrededor del mundo es que cuando las empresas ven estas nuevas eficiencias, ahorros e incluso mejoras en ganancias, la decisión de adoptar agentes de inteligencia artificial se torna irresistible.
Como gran parte de Panamá está vinculado al servicio al cliente, el impacto será fuerte.
Y aunque todavía no se ha visto su diseminación general, los prototipos de agentes de voz e interacción humana se han vuelto extremadamente rápidos y sofisticados.
Un reciente análisis de la firma contable y analítica KPMG, en colaboración con académicos de la Universidad de Cambridge, indicó que empresas a nivel mundial sufren deficiencias notables en cuanto a captar valor a través del servicio a clientes.
Esto ocurre, por ejemplo, en contactos de clientes con motivos de solicitud de ayuda que no se convierten oportunamente en instancias de venta.
Tal análisis también parece demostrar que la inteligencia artificial puede ser muy efectiva para recuperar ese valor.
De hecho, hoy día, ya existen agentes de inteligencia artificial capaces de responder cada llamada de servicio a cliente, detectar la intención de compra del interlocutor por el tono y ofrecer el producto correcto en el segundo exacto.
Dentro del análisis de KPMG se perfiló un caso de implementación de agentes de inteligencia artificial en los sistemas de servicio al cliente de una empresa piloto.
Tal implementación llevó a una resolución de problemas en la primera llamada de 53% a 92%, redujo el tiempo de respuesta en un 22%, aumentó la satisfacción del consumidor de alrededor del 20% a cerca del 80% e incrementó las ventas por al menos 15%.
Y estas son apenas las primeras iteraciones de estos nuevos sistemas.
Panamá aún no ha experimentado esta competencia porque los sistemas siguen puliéndose afuera, pero cuando ya estén desarrollados, hay poca duda de que llegarán aquí rápido.
Por tanto, hay una alta probabilidad de que las primeras implementaciones fuertes, que bien podrían sacudir el mercado laboral doméstico de forma irreversible, se verán desde finales de 2026 y durante 2027.
Para responder a este fenómeno global, hay mucho que Panamá puede hacer.
Lo primero, siguiendo el ejemplo de las naciones del Grupo de los Siete, como el Reino Unido, y de actores de vanguardia, como Singapur, es desarrollar una estrategia nacional de inteligencia artificial.
De hecho, el país ya ha avanzado notablemente en esta dirección bajo la coordinación, en parte, de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Esta estrategia deberá definir qué quiere hacer Panamá en relación a la inteligencia artificial, dónde quiere posicionarse y qué mercados quiere ocupar.
Es muy distinto ser solo un país usuario de tecnologías desarrolladas en otras latitudes en comparación a tener la capacidad de desarrollar modelos propios y autóctonos, específicos a la realidad nacional.
También será necesario medir más rápidamente el ecosistema laboral para poder determinar impactos y remedios.
El punto crítico es el capital humano.
Para aumentar y mantener la competitividad de su mano de obra, Panamá deberá financiar programas de desarrollo de nuevas habilidades y alfabetización en inteligencia artificial.
Las cifras a nivel global parecen estar indicando que una población que maneja estas herramientas produce más, crea más y resuelve más. Y el valor aumenta exponencialmente en la medida que la población no solo maneje, sino domine estos sistemas.
Esto es porque la inteligencia artificial es un multiplicador de capacidad y tiene la ventaja de facilitar que las personas puedan mejorar sus propias vidas y áreas de influencia.
Sobre todo, el currículo escolar debe integrar a la inteligencia artificial desde los primeros grados, no solo como objeto de estudio, sino como acelerador del aprendizaje.
Ahora bien, expertos a nivel internacional recomiendan un nivel estricto de vigilancia para evitar consecuencias inesperadas o negativas.
Muchos países ya están actualizando sus leyes laborales para adaptarse a los cambios que trae la inteligencia artificial.
Por ejemplo, países de la Unión Europea ya están discutiendo que ningún trabajador humano puede tener como jefe directo a una inteligencia artificial.
El Reino Unido, por su parte, está creando reglas para evitar que la contratación dependa solo de algoritmos.
Sobre todo, se están desarrollando normas para establecer que toda decisión importante tiene que tener un responsable humano, ya que una máquina no puede ser penalmente responsable ni responder ante un juez.
Expertos en inteligencia artificial indican que la mejor forma de causar una implementación generalizada de esta tecnología, es empezar por la estructura gubernamental.
Los gobiernos tienen una posición única para liderar los primeros pilotos de inteligencia artificial, ya que cuentan con recursos, capacidad de prueba y responsabilidad sobre servicios críticos.
Cada país tiene su cultura y su forma, y los gobiernos tienen a su disposición la información y las herramientas para adaptar esta tecnología a esas realidades.
Además, la expectativa global es que la inteligencia artificial hará más eficientes los servicios públicos durante la próxima década.
De hecho, ya se están desarrollando agentes de inteligencia artificial específicamente para efectuar labores de regulación y tramitación, campos generalmente reservados para los gobiernos.
Núcleo
Si Panamá adopta una actitud audaz y vanguardista en cuanto a inteligencia artificial, como sugiere la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, puede volverse un referente regional y un puente entre los grandes centros de innovación y los otros países de la región.
Esto le daría una enorme ventaja en crear y capturar valor entre sus pares, permitiéndole propulsar su prosperidad.
No obstante, si el país se limita a proyectos pequeños y de bajo impacto, corre el riesgo de perder todas las ventajas que los otros países ya están tomando.