Estudio científico: Ballenas y delfines afectados por las malas prácticas de avistamiento en Panamá

Ballenas en Panamá

Una serie de estudios científicos realizados en Panamá proporcionan nuevas luces sobre los efectos negativos del ruido, acoso y otras prácticas desacertadas durante los avistamientos turísticos de ballenas y delfines.

La contaminación marina, colisiones con barcos,  ruido y perturbaciones son algunas de las amenazas que enfrentan las ballenas y delfines.
La contaminación marina, colisiones con barcos, ruido y perturbaciones son algunas de las amenazas que enfrentan las ballenas y delfines. / Cortesía.
Helkin Guevara - Corresponsal digital
22 de agosto 2021 - 07:40

Ciudad de Panamá/¿Las actividades turísticas de observación de ballenas y delfines pueden afectar a estas especies? Dos recientes estudios científicos realizados en aguas panameñas muestran que prácticas incorrectas de avistamiento generan secuelas en el comportamiento, sistemas de comunicación y estados emocionales de los animales.

Una de las investigaciones se desarrolló dentro del área protegida del Archipiélago de Las Perlas, en donde monitorearon a ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) durante su temporada de reproducción (de agosto a septiembre) y registraron que con frecuencia los barcos de observación turística ignoraban las normas establecidas para proteger a las ballenas: "Las perseguían deliberadamente, se acercaban demasiado a las ballenas adultas y a sus crías obligándolas a cambiar su comportamiento", detalla un reporte del estudio liderado por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) y la Universidad Estatal de Arizona, Estados Unidos.

Las ballenas cambiaban de dirección con más frecuencia cuando estaban presentes más de dos o tres embarcaciones turísticas y los grupos de ballenas que incluían una cría tomaban otro rumbo con más frecuencia que otros tipos de grupos, según las observaciones registradas.

En Las Perlas, donde las ballenas vienen a reproducirse, observamos comportamientos de acoso, como 10 botes turísticos rodeando a una madre y a su cría, pero también hablamos con turistas y operadores que aprendieron mucho sobre las ballenas y como resultado defienden las mejores prácticas de avistamiento de ballenas y los esfuerzos de conservación. Para mi tesis, planeo averiguar más sobre lo que motiva tanto a los turistas como a los operadores, para que podamos sugerir formas de mejorar su experiencia y proteger a las ballenas”, apunta Katie Surrey, candidata a doctorado de la Universidad Estatal de Arizona y coautora del estudio.

La clave para proteger a los delfines es que se cumplan eficazmente las pautas de observación.
La clave para proteger a los delfines es que se cumplan eficazmente las pautas de observación. / Cortesía.

Más adelante, los científicos planean ampliar el estudio usando diversas técnicas. “Ahora tenemos métodos para medir cómo cambia el comportamiento de las ballenas como resultado de las prácticas de observación", destaca el biólogo marino Héctor Guzmán, otro autor de la investigación.

Específicamente, los científicos esperan medir la cantidad de cortisol (una hormona del estrés) para confirmar si los animales están bajo estrés, además de emplear una mejor tecnología para medir la distancia entre los barcos y ballenas y drones para documentar las interacciones.

El avistamiento de ballenas está aumentando en todo el mundo y, de acuerdo con la Comisión Ballenera Internacional, esta actividad genera unos 2,500 millones de dólares al año.

Delfines en Bocas del Toro

Los delfines, otras de las atracciones turísticas en las aguas panameñas, también están sufriendo los efectos de las giras de avistamiento, según otra investigación, esta vez de Betzi Pérez-Ortega, estudiante panameña de doctorado en la Universidad de McGill, Canadá.

Pérez-Ortega realizó su trabajo en el área de Dolphin Bay, archipiélago de Bocas del Toro, en el Caribe, se centró en los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus) y registró múltiples irregularidades.

Los delfines producen 'clics' de ecolocalización  para navegar y localizar alimento.
Los delfines producen 'clics' de ecolocalización para navegar y localizar alimento. / Cortesía.

Un reporte del STRI comparte los detalles: "Un gran número de botes turísticos siguen a los delfines durante largos períodos, lo que interrumpe la alimentación y los comportamientos sociales y, a veces, lesiona a los animales. Las madres y sus crías pueden separarse. En estas circunstancias, es probable que los delfines se estresen y estén más alerta. Estos estados emocionales se pueden detectar en la modulación del contorno de su característico silbido".

Los delfines producen "clics" de ecolocalización para navegar y localizar alimento, mientras que sus sonidos o silbidos son para socializar, fortalecer la cohesión del grupo y la comunicación entre las parejas de madres y crías y “con este estudio hemos podido verificar científicamente cómo el ruido [de los botes turísticos] afecta el sistema de comunicación de esta especie en este sitio en particular", acota la también becaria del STRI.

"El estudio se convierte en un punto de partida para pensar en el efecto que podría estar causando el ruido excesivo no solo en los delfines, sino también en otras especies que habitan en los diferentes ecosistemas del archipiélago; por ejemplo, existen estudios que demuestran que el ruido puede causar mortalidad en larvas de peces, y puede enmascarar los sonidos naturales de un arrecife, que son utilizados por otras especies como pistas para encontrar un buen lugar para asentarse”, expone la científica.

En Panamá existen regulaciones para la observación de ballenas y delfines desde 2005 y los recientes hallazgos sugieren que la comunicación, comportamientos y estados emocionales de estas especies se verían menos afectadas si los operadores de botes turísticos reducen el tiempo e intensidad de los contactos, concluyen los científicos.

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