La hora de la disciplina: Panamá en la mirada de Moody’s
Moody’s mira varias pruebas para 2025, entre ellas, si el nuevo gobierno podrá lograr sus reformas con poco capital político y si habrá disciplina para contener el gasto.
Ciudad de Panamá, Panamá/Panamá vive tiempos decisivos y los ojos del mundo están puestos sobre el país. Ayer, en una concurrida conferencia de la prestigiosa casa calificadora Moody’s, tanto la calificadora como el sector bancario panameño presentaron su perspectiva nacional.
También participó en la conferencia la Autoridad del Canal de Panamá, cuyo plan de inversión, por su magnitud y dimensión, será perfilado en una nota propia a ser publicada mañana.
En este artículo, repasamos la visión de Moody’s y de la banca nacional, las cuales dibujaron un cuadro que combina logros, riesgos y la urgencia de avanzar de forma proactiva hacia el futuro.
Perspectiva
Entre 2010 y 2019 Panamá brillaba, con un crecimiento dinámico, deuda baja, intereses manejables y estabilidad por el dólar. Ese ciclo le abrió al país la puerta al grado de inversión y a la confianza mundial.
Pero según Renzo Merino, analista senior de Moody’s para Panamá, la bonanza trajo complacencia. Según el analista, se debilitó la disciplina fiscal y las instituciones se rezagaron.
La pandemia aceleró el deterioro, con menos ingresos, más deuda y una credibilidad fiscal golpeada.
Hoy el país tiene una calificación de Baa3 con perspectiva negativa, el último escalón antes de perder el grado de inversión. Comparte nivel con Colombia y Paraguay, por debajo de México y lejos de Perú y Uruguay.
La deuda del gobierno creció 20% del PIB entre 2019 y 2025, uno de los aumentos más fuertes de la región.
Además, los intereses se duplicaron desde 2015 y en 2025 absorberán casi 20% de los ingresos, cifra comparable a India. Pero, a diferencia de la nación asiática, Panamá no cuenta con moneda propia ni mercado interno profundo.
Moody’s mira varias pruebas para 2025, entre ellas, si el nuevo gobierno podrá lograr sus reformas con poco capital político y si habrá disciplina para contener el gasto.
Según Merino, la reforma parcial de la Caja de Seguro Social (CSS) evitó un déficit explosivo, pero dejó pendientes las discusiones de la edad de retiro y la informalidad laboral.
Y el riesgo político también pesa. Protestas recientes mostraron cómo el conflicto social frena reformas y presiona el gasto. Además, las metas fiscales de Panamá dependen de ingresos inciertos, una planilla creciente en costo y presupuestos inflados.
Los inversionistas ya lo reconocen y Panamá paga tasas similares a Brasil y Colombia, mucho más altas que Perú.
El mensaje de Moody’s es directo: Panamá mantiene su resiliencia, pero sin consensos políticos ni disciplina fiscal, la calificación sigue en la cuerda floja.
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Banca
En un panel donde participaron expertos de Moody’s, además de Aimee Sentmat de Grimaldo, presidente ejecutiva de Banistmo, y Javier Carrizo, gerente general del Banco Nacional, se describió el sistema bancario de Panamá como prudente y resiliente, pero con retos serios.
Ajustes del retorno de las carteras bancarias, requeridos por las tasas altas a nivel global, han sido difíciles. Esto, en parte, porque la informalidad afecta a alrededor de la mitad de la población laboral y las deudas de los hogares consumen un 44% de sus ingresos, subiendo a 53% en el rango de quienes ganan alrededor de $800 al mes.
Sentmat de Grimaldo ofreció múltiples rubros en los que los bancos pueden diversificar su cartera crediticia, desde turismo en las provincias centrales y agricultura para seguridad alimentaria hasta nuevas inversiones en logística integrada, además de sectores como energía, agua y plataformas digitales.
La líder de Banistmo también destacó el crédito a las pequeñas y medianas empresas y la innovación como claves para el futuro.
Según el análisis de Moody’s, el acceso a fondos internacionales para bancos panameños se ha encarecido y dificultado, pero Panamá aún atrae depósitos de Colombia, Venezuela y Perú, entre otros, gracias al dólar y a su relativa estabilidad política.
Los líderes bancarios panameños también coincidieron en que la incertidumbre jurídica relacionada al sector hipotecario se está disipando con la aprobación de la ley 468 de intereses preferenciales, aprobada ayer en tercer debate y hoy a la espera de sanción presidencial.
Por su lado, el Banco Nacional impulsa la adopción de titularizaciones hipotecarias, bloques de hipotecas que generan retornos predecibles y de larga duración, como inversión, particularmente de cara a la reciente ampliación del ámbito de colocación de fondos de la CSS.
Para concluir, los expertos bancarios anticipan un panorama de consolidación y compra de bancos locales por capital extranjero, por la necesidad de grupos bancarios internacionales de mantener su crecimiento de escala y reinversión de utilidades.