Contenido Exclusivo: Desempleo juvenil, el grito mudo de una generación

Datos de la Contraloría General de la República revelan que las provincias con niveles más altos de desempleo son Panamá, Panamá Oeste y Colón.

María De Gracia - Periodista
23 de junio 2025 - 20:27

Ciudad de Panamá, Panamá/El presente y el futuro de Panamá están vinculados innegablemente al desarrollo económico, social y emocional de los jóvenes. Pero el desempleo juvenil es la amenaza, una espada de Damocles que se encuentra sobre la juventud y el país.

La cantidad de personas desempleadas subió en todos los grupos de edades en el último año. Hay más de 200,000 desocupados. Pero las personas más jóvenes representan casi la mitad de quienes no tienen un empleo en Panamá.

Pero vamos a mirar las cifras. Según las presentadas por la Contraloría General de la República, en el último año, en las edades entre 15 y 19 años hay 19,799 jóvenes desempleados; entre 20 y 24 años son 48,353 jóvenes sin trabajo y entre 25 y 29 años son 31,491.

En estos tres grupos de edades se concentran las tasas de desempleo más altas del país.

Solamente un 23% de la población ocupada en el país son jóvenes entre 15 y 29 años.

En Panamá, de 30 mil jóvenes que se gradúan de las universidades, solamente 1,200 están logrando conseguir empleo, según cifras del Ministerio de Trabajo.

La situación es aún más crítica para las mujeres jóvenes, que tienen casi el doble de probabilidad de estar desempleadas en comparación con los hombres. La tasa de desempleo de las mujeres es de 23% y 17% para los hombres.

El desempleo juvenil con rostro de mujer

Génesis tiene 28 años y es licenciada en gestión de riesgo ambiental; vive en Capira, en la provincia de Panamá Oeste, y está desempleada.

Ella se graduó primero en técnico y luego en licenciatura de gestión ambiental. Con mirada triste y tono apagado cuenta que a veces la frustración la ataca. Cuando le han dado empleo ha sido por corto tiempo; uno de ellos fue como secretaria, y nada que tenga que ver con su profesión, y los salarios no han superado los 600 dólares.

Señala que sigue buscando y enviando hojas de vida. Génesis, para poder sufragar sus gastos y los de su abuela, alquila sillas y mesas para diferentes eventos. A veces hace tembleques.

Ella está casada, pero señala que aún no piensa en tener hijos, pues los ingresos son bajos.

"Yo le pondría atención a la cifra de desempleo de las mujeres jóvenes. La tendencia es que las mujeres están saliendo mejor preparadas y tienen otras habilidades blandas que les dan capacidad de inteligencia emocional. Manejo de estrés y presiones. Si tienes una población de mujeres jóvenes sin empleo, ahí tienes un problema enorme y que llega a caer en lo social, porque una mujer joven que consigue empleo muchas veces decide no tener hijos, y luego vas a tener una población vieja y eso también tiene impacto en la Caja de Seguro Social", advierte Luis Eduardo Valle, consultor laboral.

En nuestro país, uno de cada cuatro jóvenes panameños entre 15 y 29 años ni estudia ni trabaja, según el Ministerio de Trabajo. Y en ese rango de edad, solamente un 45% trabaja y un 29% estudia.

Estos datos son parte de un problema estructural persistente: La incapacidad de nuestra economía de generar empleos dignos y estables, lo que explica que, a la fecha, no hemos podido recuperar los niveles de empleo previos a la pandemia.

El no tener una oportunidad de empleo les transmite desesperanza y eso es muy preocupante porque vienen otras vertientes, o es la delincuencia, la inmigración o la inadaptación al sistema convirtiéndose en un joven que ni trabaja ni estudia”, explica el economista Reyes Valverde.

Mientras, Valle señala que Panamá es un país de servicio que no tiene muchas industrias, y por eso se necesita traer más empresas al país y para eso se debe tener una buena cara para el exterior, lo cual se ha visto afectado. Agrega que Panamá debe utilizar su ventaja estratégica.

Hay diferentes estudios donde los resultados indican que existe una creciente desvinculación del sistema educativo con la poca demanda laboral existente en el país.

Además, no hay suficientes empleos de alta cualificación para aquellos jóvenes que tienen estudios, lo que reclama una más diversa, mayor y más eficaz inversión para impulsar la creación de empleo y esfuerzos conjuntos entre sector público y privado.

Para Valle la educación es importante, que la población joven salga al mercado con las habilidades que se requieren y sobre la tecnología dice que quien conozca cómo utilizarla va a tener una ventaja para conseguir un empleo.

Jóvenes abrazados por la informalidad

Una pregunta clave es: ¿qué tipo de trabajo están logrando los jóvenes panameños?

La respuesta: Uno dentro de la precariedad característica de nuestro mercado laboral, es decir, un empleo informal.

Un 60% de los empleos que hoy tienen los jóvenes son informales.

José Forbes tiene 28 años y es estudiante de turismo. Tiene un trabajo informal en un gimnasio. Viaja todos los días a estudiar a la ciudad de Panamá.

No he conseguido la oportunidad de un trabajo formal, con un contrato, seguro social”, expresa Forbes. Añade que en Colón no hay oportunidades de empleo atractivas para los jóvenes y que las que existen son para trabajar en bodegas o restaurantes y no ofrecen una posibilidad de crecimiento.

Datos de la Contraloría General de la República revelan que las provincias con niveles más altos de desempleo son Panamá, Panamá Oeste y Colón.

¿Qué mensaje dejan los jóvenes conscientes de su presente y futuro?

“Conseguimos nuestro diploma y luego no tenemos oportunidad para de verdad aplicarlo y eso le quita esperanza a los jóvenes para estudiar. Hay que dar primeras oportunidades laborales", enfatiza Marina Castillo, una estudiante de derecho de 19 años.

Que nos den la oportunidad porque nosotros somos el futuro de Panamá y si nos dan la oportunidad podemos demostrar que podemos hacer nuestro trabajo y desarrollar nuestra carrera”, solicita Everardo Marín, estudiante de arquitectura.

Los jóvenes son el futuro, pero... ¿Qué futuro tienen nuestros jóvenes si el sistema educativo no les proporciona las competencias indispensables para acceder a un mercado laboral que, a su vez, tampoco les ofrece empleos dignos?

Jóvenes que, sin formación y oportunidades, pasan a ser parte del enorme ejército de desempleados o el de los informales o, peor aún, terminan atraídos por la delincuencia.

Urgen cambios estructurales que apunten a una economía más diversificada y generadora de empleos y, principalmente, a un sistema educativo a tono con nuestro tiempo y las necesidades.

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