Vacuna contra la tosferina existe hace más de 50 años en Panamá

Chiriquí, Bocas del Toro y Veraguas en alerta por casos de tosferina cercanos a sus fronteras.

El Ministerio de Salud (Minsa) confirmó la detección de 16 casos de tosferina en la comarca Ngäbe-Buglé, una zona que enfrenta baja cobertura de vacunación y condiciones de difícil acceso a los servicios de salud.

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El doctor Israel Cedeño, del Programa de Salud de Adultos del Minsa, explicó el alcance del brote, las medidas adoptadas y los factores que han contribuido a su aparición.

Tosferina y la situación actual en Panamá

Cedeño precisó que la tosferina, causada por la bacteria Bordetella pertussis, es una enfermedad controlada en Panamá gracias a la vacunación. Sin embargo, señaló que en regiones con poco acceso a los servicios de salud, hacinamiento y baja cobertura de inmunización pueden presentarse brotes de enfermedades prevenibles.

“Desde mediados de año se mantenía una vigilancia pasiva y ya en octubre se confirmó el primer caso: un bebé de 10 meses atendido en la UCI del Hospital José Domingo de Obaldía, explicó el funcionario.

Ese diagnóstico activó una vigilancia activa y el envío de equipos de respuesta rápida, que permitieron confirmar 16 casos hasta la fecha. De ellos, 10 corresponden a mujeres y 6 a hombres, y se reportó una víctima fatal, una adolescente con cardiopatía preexistente.

Vacunación y vulnerabilidad

Cedeño recordó que la vacuna contra la tosferina forma parte del Programa Ampliado de Inmunizaciones y está incluida en la vacuna DPT o TDAP, aplicada desde los primeros meses de vida.

“Es una vacuna que en Panamá se aplica desde hace más de 50 años, constantemente y con eficacia comprobada”, destacó.

“Si la población no tiene el esquema completo, especialmente los niños, adultos mayores o personas desnutridas, el riesgo aumenta cuando aparece un caso positivo”, advirtió.

Además, uno de los 16 contagios fue confirmado por nexo epidemiológico, un método que permite validar el diagnóstico por contacto directo con un caso confirmado sin necesidad de esperar los resultados de laboratorio. “Esto nos ayuda a actuar más rápido, no tenemos que esperar una prueba para tomar decisiones”, añadió.

Acciones en campo y control del brote

El brote se mantiene contenido en la comarca Ngäbe-Buglé, pero las provincias vecinas de Chiriquí, Bocas del Toro y Veraguas permanecen en alerta sanitaria.

El Minsa ha desplegado equipos de médicos, enfermeras, personal de salud ambiental y de vectores para atender la situación. “Cada vez que tenemos un brote, aprovechamos para investigar todo: vacunamos contra todas las enfermedades inmunoprevenibles, mejoramos el saneamiento y reforzamos la vigilancia”, indicó Cedeño.

Síntomas y fases de la enfermedad

Cabe recalcar que la tosferina es una infección respiratoria contagiosa que afecta principalmente a bebés, niños pequeños y personas no vacunadas.

Los síntomas varían según la fase:

  • Fase inicial o catarral: goteo nasal, estornudos, tos leve, fiebre baja y malestar general.
  • Fase paroxística: ataques de tos fuerte y repetitiva, silbidos al inhalar, enrojecimiento o coloración azulada por falta de aire y vómitos.
  • Fase de recuperación: la tos mejora gradualmente, aunque puede reaparecer con otras infecciones respiratorias.

Las medidas de prevención incluyen vacunarse, lavarse las manos con frecuencia, cubrirse al toser o estornudar, evitar contacto con personas enfermas y usar mascarilla en zonas con brotes. Mientras que los antibióticos, prescritos por un médico, ayudan a reducir el contagio si se aplican tempranamente.

Diferencias con otras enfermedades respiratorias

Consultado sobre cómo distinguir la tosferina de otras enfermedades, Cedeño explicó que los síntomas pueden confundirse con los de un resfriado, influenza o COVID-19, por lo que recomendó acudir al médico ante los primeros signos.

“El paciente no debe confiarse ni automedicarse. Los médicos en áreas cercanas al brote deben sospechar de cualquier caso con tos persistente y dificultad respiratoria”, enfatizó.

Agregó que, durante las inspecciones, también se detectó circulación de otros virus respiratorios, como influenza, parainfluenza, metaneumovirus y virus sincicial respiratorio, lo que hace más difícil diferenciar los síntomas.

Vacunación y factores culturales

El funcionario reconoció que el brote refleja un conjunto de factores: dificultades de acceso, movilidad de las comunidades y resistencia cultural a la vacunación. “En estos casos, el peso recae en la falta de aceptación. No siempre es rechazo; muchas veces es por barreras lingüísticas o culturales que impiden entender la gravedad de las enfermedades”, explicó.

Cedeño aclaró que en Panamá sí hay disponibilidad de vacunas, y que incluso el país ha tenido que descartar dosis por baja aplicación.

Recordó que en abril, durante la Semana de Vacunación en las Américas, el Minsa reforzó la inmunización en áreas con menores coberturas, incluyendo la tosferina.

Sin embargo, la movilidad de la población también representa un reto: “Mandamos equipos de vacunación, pero cuando llegamos, las comunidades están trabajando en la zafra o se han desplazado a Chiriquí, Bocas del Toro o Costa Rica. Luego, cuando regresamos, no todos aceptan vacunarse”, lamentó.

Vigilancia

Adelantó que el Ministerio de Salud continuará el barrido epidemiológico y las campañas de vacunación en la comarca Ngäbe-Buglé y provincias vecinas, con el objetivo de interrumpir la cadena de transmisión y evitar nuevos casos.

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“El riesgo está en todo el país, pero el brote está controlado. Seguimos en alerta para actuar de inmediato ante cualquier síntoma sospechoso”, concluyó Cedeño.

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